La entry anterior la puse con el título de la canción de Pink Floyd por la historia que planeaba poner, por esa que al final perdí y abandoné.
Pero me alegro de decirles que encontré algo muy bueno y algo viejo que escribí.
En mi viejo blog, puse una que otra historia, cosa que todavía no he hecho aquí, no se si es por el hecho de que me he dedicado a mi vida de teatrero escolarizado o por el simple hecho que solo he agrandado las historias que ya tenía avanzadas.
Esa historia, titulada "carta a mi padre" fue algo que escribi el 5 de enero del año pasado y, aunque admito que estuve inspirado por mis problemas con el propio, hubo muchas cosas a las que les dí un mayor "feeling".
En fin, esta historia merece ser acompañada por "Shine on you crazy diamond" asi que, enjoy.
Carta a mi padre
“No se porque siento que pierdo el tiempo tratando de llegar a ti, nunca he podido hacerlo bien, nunca has abierto lo suficiente tu corazón para dejarme entrar. ¿Realmente es tan difícil? Soy tu hijo.
“No quiero que esta carta suene como una queja, sobre todo porque es una despedida, me marcho finalmente de esta casa para hacer mi vida lejos de ti, lejos de todo lo que, aunque a veces me ha hecho sonreír, me ha causado más males de los que te podrías imaginar.
“He estado contigo el tiempo suficiente como para saber que tu vida ha sido muy difícil, lo entiendo, no es algo de lo que uno pueda presumir, pero, aún cuando tu sufriste, tenias la opción de hacerme feliz, de arreglar todo lo que no hicieron contigo, y todo esto, es por una sencilla razón, una que pesa más que todas las discusiones y excusas lógicas; soy de tu sangre, tu hijo único, soy igual a ti en todo, aún cuando no lo notes."
Dejó de escribir por un momento y se quitó las lágrimas que nublaban su vista. Él quería acabar con la carta antes de arrepentirse, sabía que podía dar un paso atrás en cualquier momento, así que tomó la pluma nuevamente y siguió.
“No puedo decirte lo parecido que soy a ti, porque pienso que soy igual a ti, no hay que ser un gran observador para notarlo, tenemos el mismo cabello color azabache, los mismos ojos verdes, la sonrisa, el movimiento, pero sobre todo, la manera de pensar.
“Sigo pensando que, si realmente me quisieras, no harías lo que me hiciste. No, no me malcriaste, solo me diste lo que merecía y nunca me dejaste salir airoso en mis berrinches, pero también dejaste de quererme al ver que actuaba como tú en tu juventud. Dejé de contar las veces en las que me abrazabas, pasabas tu mano sobre mi cabeza, acariciabas mi cabello y me decías que me querías; ahora cuento las veces en las que te molestas conmigo y me dices que soy decepcionante, que no habría un hijo más ingrato y estúpido que yo... La verdad, dejé de contar eso cuando llegué al número doscientos, lo más aterrorizante es que eso fue hace unos tres años, y las quejas han aumentado cada vez más.”
Dejó la pluma nuevamente y golpeó el escritorio con fuerza y delicadeza a la vez, ya que no levantar a nadie, por lo que se tranquilizó y prosiguió.
“No puedo decir que soy el mejor en todo, pero no soy el peor en nada, si vieras cuanto te admiraba cuando era joven, cuando te veía como un titán en el mundo de los humanos; eras mi Atlas, no tenía que asegurarme que cargabas todo el mundo, cargabas el mío y eso me bastaba, eras mas que mi héroe, me atrevo a decir la blasfemia que eras mi dios. Te quise tanto que pensé que lo mejor para mi sería tratar de igualarte, aún cuando no pudiera hacerlo por completo; ahora me alegro que no haya sido así.
“Vamos papá, soy tan igual a ti, que me enamoré de una mujer que se parece demasiado a mi mamá, no porque quisiera ser igual a ti, sino porque soy idéntico a ti. Ella tiene todas esas cosas que parecen pequeñas, pero la hacen tan similar a mi mamá: la sonrisa de oreja a oreja, esos ojos tan negros como un pozo en los que uno se pierde de placer…todas esas cosas y mas por las cuales te casaste con tu ahora mujer
“¿Acaso fue tan difícil el verme crecer? ¿Pensaste que cometería los mismos errores que tú? ¿O simplemente estas tan ciego que no te diste cuenta que te regañabas a ti mismo por algo que ni siquiera habías hecho? Yo era la oportunidad de arreglar todos los problemas y errores que se cometieron contigo, yo era un modo de purificar tu pasado y así ver mejor el futuro, pero…”
Se limpió nuevamente las lágrimas y se forzó a no llorar, no era el momento para dejarse caer por el sentimiento, eso lo podía hacer cuando estuviera afuera.
“…pero no pudiste hacerlo, cometiste los mismos errores conmigo como tu padre contigo, repetiste una historia que querías evitar; muchas veces te oí que no querías ser como el abuelo, pero no pudiste evitarlo, lo hiciste, y ahora sabes lo que pasara conmigo, porque es lo que pasó contigo. Hablo del hecho de que me mudo a otra casa, rentaré un departamento y viviré allí con ella, con esa muchacha de la que hablaste pestes, de mi mamá en su juventud. Has maldecido más de cien veces a tu esposa y te has dicho más de trescientas a ti mismo que eres un pendejo por quererla, y te apuesto a que apenas te estas dando cuenta de las coincidencias, que apenas notaste el hecho de que hiciste que fuera igual a ti, después de todo, aun cuando no lo quiero admitir, soy exactamente como tu, hice todo igual a ti, pero espero no hacerlo desde ahora, yo criare a mis hijos de otra manera, solo les daré amor y les enseñaré el valor del esfuerzo porque, aún cuando sea igual a ti, no tengo porque hacer exactamente lo mismo.
“Ahora, en estos instantes, admito que no tengo la fuerza suficiente para hacerlo todo solo, y esa es la razón por la cual me casé, ahora tengo más de una razón para que no me puedas detener, para que no me retengas hasta que me hastíe de la vida y termine colgando de alguna tubería o debajo de un auto; hago esto por el bien de todos, para quitarte el dolor que te he causado y mejorar nuestra vida y, ¿porque no? mejorar y recuperar la amistad que tuvimos hace años, cuando era tan joven que creía en ti.
“Se que me buscarás, pero me he esforzado para que no me encuentres, y ahora, aún cuando a veces pienso que estoy mal, te buscaré dentro de poco tiempo, cuando tenga un hijo o algo así...
“Antes de cerrar esta carta, sólo quiero redimir a mi mujer, pensaras que ella fue muchas veces la causante de todos mis males, pero la verdadera razón por la que sigo vivo es por ella, siempre volví a la casa porque ella me lo pidió, no se porque ella también es tan terca, pero quería quedar bien contigo, porque sabía que, aún cuando digo que te odio, no puedo salir de mi casa hasta que me des tu bendición, sigue importándome lo que pienses sobre mi y siempre me importara, por eso huyo a mitad de la noche, cuando tú y mamá duermen plácidamente, para mentirme y pensar que me diste un millón de bendiciones y mi mamá me abrazó y lloró de felicidad por mí, para pensar que nuestra familia fue perfecta, pero ahora te odio más de lo que puedo admitir, porque me obligaste a hacer lo mismo que tu odiaste hacer, porque no dejaste que cambiara mi futuro y me diste el mismo que tuviste."
Cerró rápidamente la carta y la metió en un sobre blanco, lo cerró y escribió rápidamente en la portada una línea “Carta a mi padre”. Se paró del escritorio y caminó lentamente hacia la recámara principal, abrió la puerta lentamente y siguió su camino hasta la cama de sus padres.
Allí, depositó la carta entre las manos de su papá, puso la mano sobre su canosa cabeza, le dio un beso y musitó una pequeña frase.
-Te amo, papá.
Dicho esto, camino hacia su mamá, le dio un beso y también le dijo que la quería para después salir de la habitación y colocar rápidamente todas sus cosas junto a la puerta.
Cuando ya iba de salida, regresó rápidamente hacia la habitación de sus padres y depositó sobre el buro un anillo que tenía colgado en una cadena sobre el cuello, se dio la media vuelta y salió de la habitación.
Antes de salir de la casa, se detuvo un instante al pensar que había oído algo y comenzó a llorar, pero siguió su camino y tomo un taxi para irse a su nuevo hogar.
Mientras, en el instante en el que el se detuvo, su padre abrió los ojos y, llenos de lágrimas, tomo la cadena con el anillo y se la colocó sobre el cuello, rompió la carta que tenía entre las manos y se hundió en su almohada para sollozar y, después de un instante de fortaleza, decir algo entre las lágrimas:
-Yo también te amo, hijo, que la vida te sea fructífera y que todo te vaya bien a ti y a tu esposa. Se que volverás, como yo lo hice, y, cuando lo hagas, te esperaré con los brazos abiertos, como lo debe de hacer un padre. Traté de evitar esto porque se que eres igual a mí, pero veo que he fallado, solo espero que tu lo logres con tus hijos.
Dicho esto, la puerta se cerró y el chirrido de un auto arrancando se oyó a lo lejos, se había ido.