Cuando se junta la familia

La verdad, mi familia no es algo de esas cosas que podrían clasificarse como "comunes". Y no sé si es el hecho de que parecemos una familia que Quijotes que "de tanto leer libros de caballería se les han sorbido los sesos"; si es el hecho de que tenemos sangre de todos los colores (refiriéndose a la completamente mestiza ascendencia que tenemos); o el hecho de que todos tenemos una profesión extravagante y una inclinación al arte.

El punto de esto es que, esta familia, tiende a ser siempre desunida hasta el momento en el que algo grave pasa y, como se supone, la familia esta unida en estos instantes.

¿Razones? el hecho de que estoy enfermo, y no de algo normal, puede ser peligroso, incluso mortal. El jueves me van a hacer quien sabe cuantos análisis para saber que es, que tan avanzado está y si es tratable... ¿Si hay probabilidades de que sea algo mortal? lamentablemente sí, y no pocas.

En fin, trato de aparentar de que nada pasa, pero este blog, después de todo, cumple la función de ser mi lugar de desahogo, así que, vale madres si les he dicho que estoy bien y luego leen esto.

Ahora, disfruto los pocos placeres familiares, jugar Xbox con Pablo, ver la novela de mi madre y Daniela, cantar Guns & Roses con mi papá, ir al cine, salir a desayunar, hablar con David sobre películas y con María de pintura y libros...

Caray, esto no me ayudó en nada, me recuerda mi posibilidad de... ustedes saben...